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viernes, 17 de enero de 2014

Clodomiro

Escúchame Clodomiro, soy tu padre, y tengo muchos más años y experiencia que vos.
No se puede andar por la vida, así como así nomás, tienes que crecer mijo, ya sos un hombre. ¿Que es eso de andar disfrazao, haciendo el ridículo por el pago? Él hijo de Arancibio Velásquez no puede ser el hazmerreír de todos. Mira a tu hermano, el si sabe hacerse respetar, sus pares lo admiran, yo estoy orgulloso de decir que es mi hijo, hombre fuerte y duro pa´l trabajo, lo malo es que se equivocó con la mujer, pero buéh, ya va a salir en libertad, y ni ella, ni el otro se van a poder esconder.

Usted será muy moderno, claro, allá en la capital es diferente. No, no me mire así, yo se bien lo que le digo, ¿porque cree que siempre me han respetao? Nadie me ha dicho jamás lo que le dicen a usted, porque seguro termino preso como su hermano, pero con la frente bien alta, un Velásquez no se deja humillar por naides carajo.

Ahora usted me viene con esa musiquita y esos amigotes raros que tiene. El negro ese con el pelo tuito enrredao, la jeta llena de esos aros que se ponen, usted les dice….
Ma´ que se yo como les dice, hasta en la lengua tiene, ese tipo está loco, y usted no joda, mire como le han quedau las orejas, llenas de ahujeros, parece un queso. Y todas esas pulseritas de colores ¿pa´ que son?

Ayer en el boliche, él Juan Argüello me miró y me dijo; “Che, Arancibio, el pibe tuyo ¿de que la va? Como lo miré mal, se disculpo diciendo; “Te pregunto nomás”.
Le dije que eras actor, no se en que teatro, y que también cantabas y tocabas la guitarra elétrica. “¡Ah! bueno”, (me contestó) “así si”, los otros se dieron vuelta para reírse, yo me hice que no los vi.
Pa´ colmo apareció el flaquito de los pelos de colores, ese amigo tuyo y me preguntó; “¿Está Clodi?”. Él Toribio se ahugó con el vino, le salía de la nariz, ¡bien hecho!, por burlísta. Santos y el pelau se fueron a reír pa´ ajuera.

Clodomiro lo miraba nada más, clavaba nervioso sus uñas en la palma de su mano, el celular, comenzó a vibrar, levantó la tapa y leyó el mensaje. ¿Qué pasa ahora? (preguntó el padre) el sólo hizo un gesto vago con la cabeza como negando.
¿Qué diría tu madre si te viera? (prosiguió el padre) Tanto que hizo por vos, eras su preferido, te daba todos los gustos. Le dije, “Lo estas malcriando”. Como siempre, no me escuchó. Eras su nene, y me enfrentaba por defenderte. “Y ahora,  mira como le pagas”.

Clodomiro con los ojos llenos de lágrimas, no podía más, para colmo, la hermosa calza multicolor, que le habían traído de Europa estaba llena de pelos del perro que criaba su padre, histérico se quito los suecos con plataforma, arrojó con rabia la peluca rubia, y salió corriendo de la casa.

El padre lo vio irse, con esa manera tan extraña de correr, levantando las manos con los dedos apuntando al cielo, y meneándose como avestruz. Raro el muchacho. Recordó el momento cuando por primera vez lo pusieron en sus brazos, se sentía orgulloso, ¡Un varón!, el primogénito. Soñó con aquel hombre íntegro, que tomaría la posta en su vejez, que le daría nietos, en los que volvería a sentir el nacimiento de la vida, en soñar en un futuro, en mostrarles el camino con su experiencia de viejo, con la sabiduría que le dio la vida a través de los años.
Lo miró alejarse, ¿en que me habré equivocao? (pensó), nunca sabría la respuesta. Lentamente recogió los suecos y la peluca, reprimió el deseo de arrojarlos quien sabe donde, mientras dos gotas de resignación hacían huella en su rostro.
Se secó con el dorso de la mano, respiró hondo, y salió pal´  patio, desde allí observó a su hija menor, sonriendo enamorada a ese muchacho moreno, grandote y curtido por el sol de tantas jornadas en el campo.
“¿Que tal don Arancibio? ¿Como esta?” ( saludó el muchacho). Bien muchacho, bien, ¿Cómo anda la cosecha? (dijo el viejo) Está rindiendo mas de veinte quintales, pero el calor te mata (fue la respuesta). El viejo lo palmeó y siguió su camino, dejando a la parejita con sus arrumacos.

Recuerda el día en que llegó a su casa pidiendo hablar con el, era un poco corto para expresarse, pero firme la mirada, con respeto pidió permiso para visitar a la Mary, ella dijo quererlo. Como buen padre hizo varias recomendaciones, pero contento por la elección de su hija, selló con un apretón a esas manos duras y callosas el permiso.
Arancibio se vio reflejado en aquella figura varonil a aquel muchacho que fue en su juventud.
Una brisa de esperanza lo alentó a seguir soñando.

Sentía sobre su espalda el peso de los años, que sin duda habían sido duros, pero templaron su espíritu. Era joven y trabajador cuando conoció a Adelaida, juntaron sus sueños formando una familia, ella le dio dos varones y dos chinitas que fueron su debilidad, disfrutó volver día a día del campo y verlos crecer, hasta que una noche ella se fue para siempre, victima de una dolencia que no le dio oportunidad, los chicos habían crecido y por la escuela se mudaron al pueblo.

El nunca volvió a rehacer su vida, se dedicó a criar a sus hijos, formarlos para el futuro. No quería que tuvieran la vida dura que a el le había tocado, por lo que consideró que debían estudiar, la menor ya estaba terminando, la mayor trabajaba en un comercio, y Clodomiro… ahí anda, mientras su hermano purga una condena por defender su honor.
Arancibio se paró bajo un algarrobo que vio crecer a sus hijos, mientras armaba un cigarrillo, vio venir a su hijo, con la cabeza gacha y los ojos enrojecidos, se paró frente a el, lo miró, y un profundo abrazo reemplazó a las palabras.

Una brisa fresca de sur, alivió el calor de esa tarde de diciembre.

40 comentarios:

  1. A este relato lo publique hace dos años en mi otro blog. Hoy tuve deseos de reeditarlo.

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  2. A los hijos se les quiere siempre, sí o sí y a pesar de haber puesto nuestras aspiraciones en ellos, tantas veces incumplidas, porque ellos son sin nosotros y tienen las suyas propias, su propia vida.
    Eso es la vida en sí misma...de cada cual. Pero cuando se trata de los hijos, sea cual sea la suya, es la nuestra, la hacemos nuestra con todo lo que conlleve, para bien y para mal.
    Me alegra que la hayas vuelto a publicar, porque yo no la leí y es tierna y bonita.
    Besos.

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  3. Hola amiga, he vuelto porque extrañaba el contacto con todos ustedes aunque los leía.
    Te dejo un abrazo y gracias por estar.

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  4. A veces, la felicidad de un padre consiste en aceptar tal cual a los hijos.
    No es culpa de unos ni de otros. Es la vida que nos hace a todos y cada uno diferente.

    Un abrazo y bienhallado

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    1. Gracias Trini, estoy perdido pero de a poco estoy volviendo.
      Es la vida y nada más.
      Un abrazo y gracias por estar.

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  5. Opino como TriniReina. Aunque es muy duro aceptar que uno no fue el padre que soñó ni tiene los hijos que añora.
    Relato muy interesante. Me ha gustado.
    Abrazo, Luis.

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    1. Gracias amiga, somos lo que somos y nada más:
      Un gran abrazo.

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    2. Hola Moli: Hace mucho que no se nada de ti. Supongo que seguirás escribiendo. Abrazo.

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  6. Guau, Moli!!!! Pedazo de relato con una historia profunda que daría para una novela.
    Sí, a los hijos hay que aceptarlos como vienen. Sobre todo si son buenas personas y tienen sus propios sentimientos. Al final padre e hijo se tienen tal como son.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  7. Querido amigo, es la vida y como la tomamos.
    Me da mucho gusto volverte a ver por mi patio, aunque yo ando perdido por el tuyo.
    Te dejo un gran abrazo y gracias por estar.

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  8. Hola Luis, no soy madre pero tengo sobrinos y es como cuentas en tu relato, los padres luchando siempre procurando lo mejor para los hijos, y estos que no lo reconocen y quieren ir a su "bola" y así día a día, con el tiempo yo que fui una de esas rebeldes me di cuenta de cuanta razón tenían mis padres cuando me decían cosas, y los demás me imagino que se den cuenta en su día y hagan lo mas conveniente, gracias por volver a publicar el relato.)

    Besos.

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    1. Querida Piru, la vida nos pone retos, no son fáciles pero el corazón siempre va más allá.
      Un abrazo y gracias por mimarme.

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  9. Hola, Moli.
    Un relato intenso que me ha llegado.
    A los hijos hay que aceptarlos para no perderlos.
    Un abrazo

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    1. Hola Towanda, me alegra que te guste, es un poco viejo este relato pero lo quise revivir.
      Gracias por dedicarme tu tiempo, un abrazo.

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    2. Bueno, pues tan solo volvía a saludarte.
      Unos abrazos, Moli.

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  10. Moli, este relato es muy profundo me ha gustado. Por desgracia las cosas no salen como uno quiere. Yo tengo tres hijos ,uno de ellos discapacitado , hay que aceptarlos como son y dales mucho cariño y amor. Un abrazo, Sotirios.

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  11. Así es amigo, el destino lo decide, nosotros solo podemos guiarlos, luego Dios dirá.
    Un abrazo y gracias por estar.

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  12. WOW MOLI, CREO QUE ESTE TEXTO DA PARA MUCHO MÁS. NO LO DEJES.
    UN ABRAZO
    CARLOS

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  13. Y claro, quería venir, hacía tanto tiempo.
    No recuerdo haber leído este texto en tu otro blog, si no te lo habría comentado, pues es muy bueno. Para no repetir lo que ya varios te dijeron, quiero destacar el registro que usás, es muy creíble y está bien logrado, porque sé que no es tu forma de hablar.
    Un fuerte abrazo, Luis.
    HD

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  14. El léxico creo que es el que corresponde al texto, me gusta ese estilo y tengo varios escritos con esa linea.
    Gracias por arrimarte amigo.
    un abrazo.

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  15. Un comienzo que merece seguir adelante.
    Quizás... ¿Una novela? Un abrazo.
    Te agradezco por tanto.

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    1. Gracias a vos amiga. Te tenia un tanto olvidada como a muchos.
      Te dejo un abrazo.

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  16. Me encanta como has clavado al padre. Su lenguaje hace de la historia algo cotidiano, real, palpable. Me ha encantado pasarme por aquí.

    Saludos

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    1. Muchas gracias Mel. Celebro que hayas pasado por mis locuras.
      Un abrazo.

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  17. hola moli!!
    es bueno poder leerte de nuevo,aunque decís haberlo publicado no tuve el gusto
    me gusta como llevás el relato, se lee solo,es como estar viendo pasar la vida de cualquiera de nosotros, en más o en menos, va corriendo la historia de una familia por tantos caminos; pero los hijos, los nietos o sus nuevos caminos son los que al fin nos mantienen en pie, y ese padre de clodomiro lo descubrió...
    un placer leer algo tan redondo y bien ambientado en clima
    un cariños enorme

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    1. Hola Mabel, ha pasado tiempo, ya ves no los puedo abandonar, mis delirios de escritor me superan y se que un día llegaré a serlo.
      Que gusto volver a leerte, gracias por tu visita. Te dejo un gran abrazo.

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  18. Hola Luis, me ha gustado el relato, y la manera de expresarse el hombre, un buen trabajo, un beso

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  19. Si te apetece compartir tus relatos cortos pásate por aquí
    http://280ypunto.blogspot.com.es/
    un saludo

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    1. Muchas gracias Marga, me daré una vuelta por tu Blog.
      Un abrazo.

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  20. Hola Luis, no te puedo comentar en tu perfil de Google ya que no tengo cuenta, pero si me llego un correo en tu nombre pidiendo dinero, no lo creí y no le hice caso, espero ya tengas lo de tu cuenta bien, cuidate mucho.

    Besos.

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    1. Querida Piruja, mi cuenta la perdí y por ende este blog donde ya no puedo publicar más, veré de hacer otro que tenga acceso a este.
      Te dejo un abrazo y gracias por estar.

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    2. Hola Luis, es una pena lo que te ha sucedido tanto con la cuenta como con el blog, pero bueno a ver si abres otro blog y nos dices para poder seguirte, entonces el correo que tengo tuyo ya no vale no?, lo digo por eliminarlo y cuando tengas uno nuevo si quieres ya lo dices, venga cuidate mucho, anímate y sorprendenos con un nuevo blog:), hasta pronto amigo.

      Besos.

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  21. Los hijos y los dedos no podemos arrancárnoslos sin dolor, así que nos toca ser pacientes. Enhorabuena por el relato.
    Un saludo
    JM
    juanmanuelsanchezmorneo.blogspot.com

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  22. Hijos y dedos, símbolo inequívoco de unión entre padres e hijos. Cada hijo es diferente y como tal persona única se debe tratar. Darles lo mejor no significa darles todo lo que desean o lo que más dinero cuesta sino darles una buena educación y posibilidades de encaminarse en el mundo hacia horizontes abiertos donde buscar su futuro. Solo guiarlos, esa es la clave del éxito.
    Un saludo
    Rosa

    Me ha gustado mucho el texto.

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  23. Vine a dejarte un abrazo, Luis.
    Buen fin de semana.
    HD

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  24. Buen administrador de la tarde, su blog es muy bonito diseño y contenido muy elegante, una vez, tengo mucho conocimiento de su blog, gracias. Le deseamos éxito siempre.
    Mi mensaje, mantenga el pensamiento positivo, porque la bondad está llegando ahora, mañana y siempre.

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  25. Para quienes lean esto, el enlace de mi blog actual es: moliluis.blogspot.com

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  26. Haces bien en volver a publicar, es imposible seguir a todos los autores en todas sus publicaciones. Creo que ya te he confesado que me gusta más tu prosa en relato que en microrrelato, quizás por eso, por necesitar más espacio para contarnos tus historias. Me gusta el enfoque, el ritmo, el léxico y el sentir de los padres. Siempre queremos lo mejor para los hijos, sin saber exactamente qué es ese mejor. Y arrastramos tantos prejuicios sobre la sexualidad que no estamos acostumbrados a tener hijos homosexuales. En mi pueblo, antiguamente se ocultaba hasta los hijos discapacitados. Hay que mirar a la naturaleza y dejar de lado las sotanas. En fin, que escribas y publiques.

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