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viernes, 22 de junio de 2012

El héroe


No recuerdo como sucedió, pero creo que fue en el momento en que apareció aquella bola de fuego en el cielo, era media tarde, todos alzaron la vista siguiendo la estela que dejaba a su paso. Venía perdiendo altura, y fue a caer a orillas del pueblo, por lo que no ocasiono ningún problema, solo una explosión que espanto a muchos animales y asusto al poblado.
Todos salieron de prisa hacia el lugar de la caída, entre el humo y la polvareda lograron divisar a esa esfera brillante no tan grande, que se encontraba en perfecta condición.
Un curioso se arrimo hasta ella.
- ¡Cuidado que esta caliente!, (grito alguien)
-Parece que esta fría,  (respondió el curioso) queriendo tocarla.
-¡Cuidado que puede tener radioactividad! (Dijo otro)
El curioso arrimo el oído y gritó; – No, no se oye nada, no tiene radio.
Comenzó a golpearla, para ver si era hueca, y de pronto…
Se escucho un zipppp…. Y luego un silbido agudo y profundo, la esfera comenzó a abrirse cual una naranja en gajos, un fulgor amarillento los encandilo, y luego pudieron ver en su interior una masa informe de color grisáceo, que comenzó a palpitar y de a poco comenzó a crecer.

Nadie podía creer lo que veía, una extraña figura comenzó a formarse, primero fue una especie de cabeza en forma de pera invertida, con dos ojos negros que parecían no tener vida, a cada lado dos pequeños círculos cual orejas diminutas y sobre ella una especie de antena.
El cuerpo era desproporcionado, y comenzaron a ver dos largos y finos brazos, (Al menos eso parecía) con dos dedos con forma de sopapa en cada uno. Ya la altura era impresionante, la extraña criatura comenzó a moverse sobre lo que parecían pequeños tentáculos, todos miraban absortos, un perro se arrimó a ladrar muy cerca, el monstruo se detuvo y de su mano surgió un rayo violáceo  que achicharro al animal, entonces todos huyeron despavoridos.

-Llamen a la policía, (gritó alguien) mientras todos corrían buscando refugio.
Al llegar, los policías ayudados por algunos civiles se enfrentaron a la criatura, la que los ignoró dado que nada podían hacerle, las balas le rebotaban en el cuerpo, ante la desesperación dieron aviso al ejército que acudió con armas pesadas, las que atacaron sin éxito, el monstruo que con un potente rayo que brotó de sus dedos, achicharró a los tanques de última generación, entonces cundió el pánico.

Una escuadrilla de cazabombarderos lo atacó con misiles los que enfurecieron aun más a la bestia. Uno de ellos pagó cara la osadía, y terminó cayendo envuelto en llamas, el piloto por suerte pudo eyectarse y salvó su vida.
Una mujer señalando al cielo donde una estela se acercaba suspiró aliviada y todos gritaron al unísono; ¡SUPERMAN!, el hombre de acero se enfrentó al alienígena que por toda respuesta emitió un rayo verde que casi lo aniquila, con Superman derrotado ya nada quedaba por hacer.
Ante la desazón de todos, el monstruo siguió su camino rumbo al pueblo, destrozando todo a su paso.

Toribio había comprado una vieja carretilla, la llevaba para su rancho cuando se cruzó con el monstruo y este la volatilizó con su rayo. Presa de la ira, el hombre sacó su cuchillo caronero y se enfrentó decidido a hacerle pagar caro su osadía, pero el alienígena parecía tener una fuerza de imán, que arrebató el arma de las manos de Toribio. Hombre acostumbrado a no ceder jamás al verse desarmado no se amilanó, se quito una alpargata, y se dirigió al la bestia, la alpargata ya tenia un largo tiempo de uso, y estaba impregnada del aroma de los chiqueros ya que Toribio criaba lechones, alzó su brazo armado con esta, flameando los flecos de la suela al aire, ¡Y sucedió!

La bestia se detuvo, Toribio no, se le fue encima mientras ella trataba de huir, pero al parecer no tenia capacidad para retroceder con rapidez, fue entonces que Toribio se le hecho encima, castigándola sin piedad, un golpe certero en la cabeza fue mortal, esta comenzó a desinflarse hasta quedar reducida a una masa informe de color amarronado, Toribio enardecido gritaba en guaraní, y todos lo vivaban, en su brazo derecho en alto aun flameaba la alpargata, y desde lejos se apreciaba su aroma.

Todos se acercaron a felicitarlo, Superman le dio un caluroso abrazo, las autoridades lo saludaban, era “El héroe”, Toribio mostraba orgulloso su alpargata, las cámaras de televisión llevaron su imagen a todo el mundo.
Los brindis se multiplicaban y ya había perdido la cuenta de la cantidad de copas, por lo que profiriendo un grito de triunfo dijo:
-Ningún motrú me va a venir a llevar por delante, ¡Carajo! Y sacudió con violencia la alpargata contra el piso, que sonó como una explosión que me despertó. Un rayo de sol se reflejaba en la pared, miré el reloj, se estaba haciendo tarde, no quedaba mas remedio que levantarse e ir a trabajar.
Al salir con el sol de frente creí ver una bola de fuego muy alto en el cielo, pero creo que solo fue mi imaginación.





martes, 5 de junio de 2012

El ingeniero


El trepidar del tren lo despertó, tras el sobresalto alzo la mirada, quedó por instantes viendo pasar momentos de su vida.
El brillante universitario, primero en su clase, futuro ingeniero. Que luego habría de ser premiado, becado y hasta mimado por sus pares y la sociedad.
En aquellos años todo era fantástico, nada se interponía en su camino, tras recibirse con honores, viajo a Europa para realizar un postgrado, hizo amigos y conexiones importantes, las que le valieron un puesto en una empresa multinacional de primer nivel.

Joven, emprendedor y sobre todo brillante, ascendió rápidamente radicándose en Barcelona.
Sus proyectos lo hicieron famoso dado que eran de gran envergadura y sobre todo por el modernismo y la calidad que les infería, no dejaba detalle al azar, así fue como por estar en los círculos más importantes de Europa, frecuentaba fiestas, agasajos y todo aquello que reuniera a la elite de la sociedad.
En uno de esos encuentros, la conoció. Algo la hacía especial, no dudó y trabó conversación, primero en un grupo que de a poco se fue reduciendo, hasta quedar solos.
-¡No me digas que eres también argentina!, ¡No lo puedo creer! que pequeño es el mundo.
Ambos vivían en Barcelona, así que comenzaron a frecuentarse, y la amistad fue más allá.

Ella era muy obsesiva, y pronto comenzó a ahogarlo con sus caprichos y pretensiones, convirtiendo la convivencia en insoportable.
Sus estudios de filosofía la ponían de mal humor, y descargaba sus problemas en la relación a punto de volverla insostenible.
El comenzó a mermar su atención en el trabajo, y por consiguiente, las cosas comenzaron a salir mal, siendo reprendido casi a diario, su mente no podía coordinar y ella renovaba día a día sus pretensiones, obligándolo a desatender sus obligaciones, por lo que fue transferido a un lugar remoto en territorio africano, ella por supuesto no lo acompaño.

Para colmo todo empeoró dado que era una zona de conflictos raciales, siendo blanco su vida se complico, y su trabajo aún más, cada día surgía un nuevo conflicto con los trabajadores, los que no eran gente idónea, así el proyecto fue directo al fracaso, tras una revuelta política la empresa abandonó el país, dejándolo librado a su suerte.
Esta ya era mala cuando contrajo una enfermedad tropical que casi lo lleva a la muerte, sin recursos y enfermo consiguió a través de una embajada salir del país, retornó a su ciudad, de donde hacía tantos años había partido, ya nada era como antes, su familia se había mudado al sur, no tenia dinero, tampoco trabajo, ninguna referencia como ingeniero ya que todo lo hizo en Europa, aquí nadie lo conocía.

Con la salud quebrantada y sin una puerta para golpear y pedir ayuda, terminó en la calle, comenzó a deambular, esa noche al despertar dormía bajo un puente. Ahora mira como las luces del tren se pierden en la distancia.
Mira el cielo y pregunta; ¿Qué paso?...