Estaba nervioso cuando emprendió él regreso, la demora superó los quince minutos, eso lo molestó, solo se tranquilizó cuando arrellanado
en la butaca, él tren comenzó a moverse. Las imágenes se agolpaban en su mente,
todo sucedió tan repentinamente, que no alcanzaba a comprender.
Cientos de miradas indiferentes circularon a su lado, es él
anonimato que te brinda la gran ciudad, eso lo tranquilizaba, nadie notaria su
preocupación.
Él viaje, le pareció eterno, él paisaje a través de la
ventanilla, lentamente fue quedando atrás, pero no lo veía, su mente recordaba
los momentos vividos, aquella voz que entre
susurros lo quiso impulsar a cometer esa locura. ¿Como había podido dejarse
influenciar?, ¿que poder tenia ella para manejar a su antojo su vida?, se sentía una
marioneta que solo hacia lo que le ordenaban los delgados hilos que ceñían sus
extremidades y cabeza, su voluntad trató de rebelarse pero fue en vano, ahora
ya era tarde, al tratar de remediar la situación se sintió confundido.
La conoció, en un momento de su vida en que él vacío lo
abrumaba, la miró a los ojos y se sintió atraído, era una mezcla de virgen y
demonio, le sonrió, él correspondió de igual manera, su voz era suave y
sensual, lo envolvió en un hechizo del que no trató de huir, poco a poco la
charla y algunas copas hicieron el resto, cuando ella se apretujó en sus brazos
buscando refugio, se sintió un ganador, la noche los envolvió con su manto y la
madrugada los encontró abrazados, se sintió pleno. ¿Habría por fin encontrado
su destino?
Comenzaron a frecuentarse más seguido, ella comenzó a
adueñarse de su vida, su voluntad sólo respondía a sus antojos, creyendo ser
feliz no lo notó.
Ya la estación se perfilaba antes sus ojos, él viaje llegaba
al final, se mezcló entre la gente al salir de la estación, busco su rumbo y
hacia él se dirigió, su casa no estaba lejos, decidió caminar, una luna llena
lo acompaño en su ruta, él bar estaba desierto, pero igual se sentó en unas de
esas mesas que tantas veces compartió con un café, dejó pasar el tiempo y
varios cigarrillos, él café quedo frío, miró la hora, debía regresar. La noche
siempre fue su compañera, ahora a su amparo se sintió a gusto, lentamente
recorrió él corto trecho hasta su casa.
Era alta y se sabia hermosa, manejaba la seducción con mucha
soltura, su esbelta figura era él anzuelo ideal, ningún hombre escapaba a su
encanto, él no fue la excepción, y era perfecto para su gusto, un solitario,
aventurero, que no dudaría en dar todo de si para complacerla. Le encantaba
jugar al gato y él ratón. Si se rebelaba o intentaba poner condiciones, con
un mohín, una mirada lánguida, y hasta quizás una lagrima furtiva lo ponía en
su lugar.
La esperaba en aquel bar, llegó exultante, la vio acercarse
y su corazón latió con fuerza, eclipsado, solo atinó a una sonrisa y un beso
furtivo, la tomó de la mano y mientras revolvía nervioso el pocillo de café, la
escuchó en silencio, impávido no alcanzaba a comprender como podía pedirle algo
así.
Las razones que le daba no lo convencían, su mirada había
cambiado, sintió dos puñales que lo atravesaban, estaba enardecida, sabía que
si se rehusaba la perdería, él dilema entre sus prejuicios y sus sentimientos,
lo abrumó, como convencerla, él sentido común, lo
hizo pensar en la victima, y no pudo menos
que estremecerse. Pero primó el raciocinio, no iba a permitir que tal demencia
lo contagie, decidido aunque confuso se negó. En un ataque de histeria y entre
mil improperios, ella se levanto y salió, la siguió tratando de convencerla,
pero ya no era la mujer cordial y sensual que él adoraba, la discusión siguió aún
dentro del departamento, y las amenazas tomaron un cariz oscuro, no lo pensó
mas. Ése era el final.
Ella le pidió, le suplicó, pero él no estaba dispuesto a
entender razones, ya lo había decidido, él desenlace era inevitable, y así lo hizo.
Ahora ya no lo dominaría, se había liberado, la miró por última ves, ella quedo
tendida sobre la cama llorando, él salió altivo dirigiéndose a la estación.
Llegó por fin a su casa, al entrar el gato se acercó a
saludarlo, lo alzó y mirándolo fijamente le dijo; “Ésta está reloca, mira si me
voy a deshacer de vos para que ella venga a vivir conmigo”.
Él gato agradeció con un maullido…
El moli..." Fidelidad "
ResponderEliminarLo leo y no lo creo, como se dice.... tu fantàstico relato,te mereces un puntaje màs que diez.
Cuando has empezado a escribir en este blog. demostrabas timidez para escribir y ahora eres un gran señor que me atrapa con sus muy bien redactados relatos.
¡¡¡ ESPECTACULAAR !!!
un beso para ti y otro para tu gato jajjaja
Gracias Doris, "Ella" se enoja cuando le dicen gato.
EliminarUn abrazo.
Me encanta, es que me chifla ir leyendo saber que al final,me sorprenderás.
ResponderEliminarY es que ¡como se quieren los mininos!¿verdad?
Faltaría más anteponerla a ella!!!
Genial te ha quedado,como siempre.
:)
Besos.
Gracias amiga, este cuento era una gran frustración quiso ser otra cosa, luego de escribirlo tres veces cambié a mi estilo y terminó así.
EliminarUn abrazo.
Querido Moli, te vas superando a pasos gigantes. ¿Dónde guardabas todo tu potencial literario? La verdad es que siempre que leí tu blog me gustó hacerlo.
ResponderEliminarAquí nos dejas un relato de intriga, casi de novela negra, con una ambientación exquisita y al final, ¡zas!, el final imprevisible, casi esperpéntico pero muy eficaz.
Puede estar orgulloso el gato ese por no darle boleto por una "loba".
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Querido Mos, ¿Que me dirías, si te cuento que no me gustan los gatos? (felinos)
EliminarEn mi mente "vuelan" a diario muchas cosas, al regresar a casa algunas recuerdo y las escribo.
Que alguien como tu me alabe mi estilo es un orgullo.
Un gran abrazo amigo.
Muy bueno, Moli clap clap clap! Bien narrado.
ResponderEliminarAhora acá, entre nos, a quién se le ocurre que se pueda cambiar fácilmente el llegar a casa y que, en mi caso, mi perra beagle se despanzurre a pata abierta incondicional para que le acaricie la panza y me siga hasta mis mínimos movimientos con la cola alegre y, trás cartón, no rompe las pelotas, no hace planteos, no habla!!!!! Insuperable!!De la puerta para afuera, todo; de la puerta para adentro, sólo tres elegidos: mis dos purretes y mi perra.
Es comprensible que una gata pueda más que una manada de lobas jaaaaaa
Saludos de domingo van!
Amiga tu conoces sin duda el mote que nos dan a los rosarinos, por eso te cuento que me gustan mucho los gatos, pero bien condimentados.
EliminarUn abrazo.
Excelente relato y me deja pensando que un pequeño animal pueda vencer la pasión del momento.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Te parece? Para mi eran dos "gatos", ganó el menos molesto.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Moli, coincido con quienes advierten tu crecimiento y tu mayor soltura. Es que a escribir se aprende escribiendo, no hay otra. Gatos aparte, felicitaciones.
ResponderEliminarGracias amigo, tus aportes fueron muy valiosos para mi.
ResponderEliminarEstoy feliz por tu triunfo.
Un fuerte abrazo.
¡Guau!, digo... ¡Miau!
ResponderEliminarYo me uno a las palabras del personal. Sin duda estás creciendo, Moli. Nos sorprendes como tus propios relatos. Enhorabuena, amigo.
Un abrazo.
Gracias Fernando, no quieras imaginar cuando aprenda.
EliminarUn abrazo amigo.
Ay Moli,tu relato buenisimo como siempre, pero los comentarios me llenan de orgullo y emoción.
ResponderEliminarAmigo no dejes nunca de escribir porque dejaré de sonreir.
Un tierno abrazo !
Muy querida amiga, esto es para mi un sueño y espero no despertar a la dura realidad.
EliminarTe dejo un gran abrazo.
La verdad es que yo hubiera hecho lo mismo, los animales no son mascotas, son familia.
ResponderEliminarUn relato altamente atrapante Moli, diría excelente.
Un abrazo amigo
Muchas gracias Osvaldo.
ResponderEliminarEntre Nos, a mi no me gustan los gatos.
Un abrazo.
Hola Moli, eso es fidelidad. Un relato maravilloso. Cuidate amigo.
ResponderEliminarGracias amiga, a lo mejor no es fidelidad, es sólo locura.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Que bueno!, con cien páginas mas de la calidad de este relato, formarías un gran libro, nº uno en ventas.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!.
Un abrazo.
Amigo, no creo que sea para tanto, me conformo que quién lo lea esboce una sonrisa.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu concepto.
Un gran abrazo.
Extraordinario, querido amigo. Me has hecho pasar un rato muy agradable leyendo tu relato ¡cómo me iba a poder pensar un final así!
ResponderEliminarMe voy con una sonrisa y con ganas de volver.
Te dejo mis cariños en un abrazo.
Kasioles
Gracias Kasioles, me alegra haber provocado una sonrisa, vuelve cuando quieras, este es tu lugar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Vaya un relato super intrigante. Si supieras el final que me imaginaba, pero no te lo voy a decir jejeje por si acaso algún día lo doy forma; aún así mil gracias por la inspiración y por dejarnos tu cada día mejor hacer. Te superas de una manera increíble querido amigo. Felicitaciones.
ResponderEliminarTe dejo un beso grande.
Querida Teresa, que orgullo me dan tus palabras, es un aliciente para seguir.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.
¡Madre de Dios,
ResponderEliminarni que fuese Dios el gato:):)
Perder a una mujer por un gato...En fin, hay cosas que las mujeres debemos de aprender a no pedir.
Oye, que me ha encantado el relato y sobre todo, el desenlace. Que yo pensé que le había incitado a matar a alguien, pero mira tú que me equivoqué de todas, todas.
Te felicito
Abrazos
Querida Trini, he cambiado gato por gato. He elegido el menos molesto.
EliminarMe alegra haberte sorprendido amiga.
Te dejo un gran abrazo y gracias por estar.
hola moli muchas gracias por tu visita a mi blog,te lo agradezco de corazon,tambien me gustaria darte las gracias por tus palabras,la verdad es que dan aliento...tu blog es precioso lo visito a menudo...un gran saludo.....
ResponderEliminarMaría no me agradezcas, estoy de acuerdo contigo, tu causa en justa.
EliminarTe dejo un gran abrazo.
Sin dudas, los animales son de la familia, eso de ser mascotas es un termino muy frio.
ResponderEliminarexcelente Moli.
saludos
Carlos
PD ya puse tus dos blog en los blogs que mas desapolillo.
Gracias amigo, a "El Moli" lo tengo un poco abandonado ya que publico en Los delirios.
EliminarTe dejo un abrazo.
Luis:
ResponderEliminarEsta entrada tuya se me había escabullido, pues su edición debe haber coincidido con la semana que estuve sin internet. Por suerte hoy lo descubrí.
Y digo suerte, porque me asocio a las palabras de quienes me preceden: es un relato de mejor factura que los anteriores, ya que maneja muy bien lo descriptivo del ambiente y resulta fluido a la lectura. El remate está muy bueno, también.
Me sumo a las felicitaciones de ellos.
Un gran abrazo, mi amigo.
Muchas gracias amigo, ustedes me apuntalan día a día y hasta me creo un escritor.
EliminarTe dejo un gran abrazo y hasta el 1º.
Hola Moli, me encanto esta historia. Amo los gatos. Cuidate.
ResponderEliminarMe alegro mucho amiga.
EliminarUn abrazo.
extraordinario texto!!!
ResponderEliminardifiero de vos
por un gato no la pierdo
mil besos y felicitaciones
Gracias por los besos amiga.
ResponderEliminarA lo mejor el protagonista cambió de bando.
Un abrazo.
Paso a dejarte mis saludos Moli, cuidate mucho.
ResponderEliminarTu también amiga, cuídate.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Luis
ResponderEliminarMe ha sorprendido gratamente, me parece bastante bueno, buena historia, hace que el lector siga leyendo, y un buen final,
Un beso.
Gracias amiga.
EliminarUn abrazo.