Te recuerdo…
Aquel encuentro en la campiña, te vi, tan blanca,
los bucles cayendo cual cascada, bajaste la vista cuando me acerque, querías
huir, pero te tranquilice con mis palabras.
Te tome por detrás, tu cuerpo temblaba, te arrime a mi
cuerpo mientras te susurraba, poco a poco sentí que te entregabas, el silencio
era interrumpido sólo por nuestra respiración agitada.
El rebaño nos observaba, alzaste la mirada y mis
ojos se encontraron con los tuyos, sobraban las palabras, no se si era la
soledad del paraje, el cielo inmensamente azul, la suave brisa que invitaba al
amor, solo se que nos unimos en sexo salvaje. No se cuanto duró aquello, pero
lo repetimos una y otra vez, así entre balidos y palabras entrecortadas nos fue
ganando el cansancio.
Me miraste anonadada, yo agradecido, el rebaño nos
rodeaba, alguna oveja se acercó como si quisiera participar, que locura…
Me quedé tendido en la hierba largo rato,
disfrutando el momento, luego me vestí, tu sólo me mirabas, el brillo de tus
ojos delataban tu placer.
Debía regresar, pero antes te pedí que me sacaras
una foto junto a tus ovejas, te reíste por mi propuesta pero igual accediste,
no quisiste que te fotografiara, así que con un beso me despedí, me aleje
despacio prometiendo volver, mientras quedabas cuidando tus ovejas, mi
pastorcita adorada y sensual.